Esta tal vez es mi versión de los hechos, pero si algo he aprendido es que no existe una única historia. Para que este proyecto sucediera se sumaron muchas voluntades para hacerlo realidad. El Semillero de radio empezó como un proyecto propuesto por Silvia Guerrero (quién también estuvo en una emisora cuando era niña) y desarrollado por Fercho Peña, allí conocimos a los niños y niñas del Rocío. Después, yo desarrollé una metodología para hacerlo de forma intensiva en 10 jornadas durante 2 semanas. En ese momento empezó el trabajo en equipo.

Recibí apoyo del equipo de la emisora y el equipo de comunicaciones del imct para lograrlo. Laura Contreras y Fabián Rueda produjeron el podcast que explicaba los temas desde el lenguaje radiofónico, en edición se sumaron varias manos: Luis Carlos Pinzón, Juan Carlos Sánchez y Fabián Rueda. 

​A los talleres me acompañaron Silvia Guerrero gran comunicadora, con un don para  contar historias impactantes y su capacidad de inspirar a los demás, Ilse Méndez con su gran voz y su talento con infancias, Fabian Rueda la voz oficial de la emisora, experto en lenguajes radiofónicos, Luis Carlos Pinzón, radialista apasionado quién me ayudó a grabar en algunos barrios y Juan Carlos Sánchez quién estuvo conmigo en todos los semilleros, compartiendo su conocimiento y el amor por la radio. 

​En la emisora recibí el apoyo de Rina Contreras, quién es una maga para resolver cualquier obstáculo que se nos presentó en el camino, Devinson Fonseca y Alvarito Ayala me enseñaron los trucos de la cabina de grabación, me acompañaron entre risas y diversión a capturar estos sonidos que hoy quedan para la posteridad.  Y así mismo quiero agradecer a Alejandra Sandoval por permitirme volver en el 2022 a hacer radio con los jóvenes rebeldes que participaron. 

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También quiero agradecer a los 108 niños, niñas y adolescentes que vivieron esta experiencia. Con algunos logramos terminar proyectos y otros participantes solo estuvieron en alguna sesión de acercamiento a la radio, pero agradezco su disposición de participar y dejar volar la imaginación. A María Lucía, Franchesca, Nikoll Daniela, Laura Dulce, Juan José con quiénes pasé mis mejores momentos en La Cultural y que además volvieron después de algunos años de no hacer radio a terminar lo que empezamos o que decidieron empezar en 2022 como fue la historia de nuestro querido Juan David. A sus familias, madres, abuelas, abuelos, hermanos mayores quiénes encontraron en esta experiencia un espacio bonito para sus hijos e hijas: Lida, Nelly, Hercilia, Sandra, Laura, Marly y sus familias.

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En México, quiero agradecer a Claudia Magallanes, mi directora de tesis, que con su conocimiento y su cariño me ayudó a encontrarme en este proyecto y me enseñó a valorar más mis esfuerzos. Ella me impulsó a llegar hasta aquí y por eso estaré siempre agradecida. A mis amigas y amigos de generación, quiénes en cada clase me confrontaron y me ayudaron a ser mejor: Scarleth Mendieta, Vanessa Caldera, Isabel Ramírez, Gabriela Zaragoza, Hugo Guzmán, Santos Jiménez, Abraham Briones, Rosario Juárez y Alma Huitzil. También quiero nombrar a Fer Suárez quién fue mi primer hogar al llegar a Puebla. Gracias a mis maestros y maestras de la maestría en Comunicación y Cambio Social, sus enseñanzas me cambiaron la vida. Gracias también a Melba Quijano y a Alex Ortiz por empujarme a venir a México.

 

Finalmente quiero agradecer a mi familia, a mis padres Hernando y Luz Stella que me dieron una infancia muy linda (tanto que añoro volver a ser niña), a mis hermanas Paola y Martha y a mi hermano Hernando que siempre me han apoyado en cada sueño, especialmente cuando decidí venir a México, a mi tía Matty y mi tío Wilson por llevarme a mi primera experiencia radial y a José Luis Rodríguez por su amor incondicional, que de tanto que me ha escuchado hablar ya es un experto en radio, semilleros y transmedia