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Los impresos: ¿formatos extintos?

Imprimir un periódico o revista hoy día se puede comparar con actividades que hacíamos hace algunos años y que ya parecen obsoletas, como usar un teléfono fijo de rueda o reproducir música en nuestro walkman. Es así como los medios de comunicación se han ido adaptando rápidamente a las nuevas demandas tecnológicas del mundo, cambiando sus lenguajes para expandir su poder mediático en la web. 


Tan sólo en 2016, The Independent, periódico de Reino Unido, migró para ser un medio netamente digital, dejando de lado su edición impresa. En Colombia, este proceso ha ido más lento, pero advierte una necesidad urgente de cambio. Hoy los grandes periódicos como El Espectador y El Tiempo imprimen cada vez menos tirajes, mientras le apuestan a consolidar su proyecto de medios en el mundo digital. 

Entonces, ¿esto significa que los impresos están en vía de extinción? La respuesta es NO. Así cómo la televisión no logró eliminar a la radio de la ecuación, tampoco los contenidos digitales han logrado desbancar al papel. Estas son algunas de las razones: 


Conectividad: la falacia del acceso a la web

Pensar que todo el mundo está en la web es la gran falacia de nuestro siglo. La investigación realizada por Meltwater planteó que para julio de 2023 sólo el 60.9 % de las personas en el mundo tenían cuentas y hacían uso de las redes sociales. La principal razón es la conectividad. ¡Sí! Hay lugares en el mundo en los que ni siquiera existe infraestructura para tener acceso a la internet. 


De esta manera, renunciar a medios impresos (y otros como la radio y la televisión satelital) en una comunidad que quizás solo accede a la información a través de este formato, limitaría su derecho a la información. Sin mencionar el peligro de acudir a una única fuente de información que nos haga creer que sólo existe esa versión de la realidad.  


La industria de la nostalgia

Las editoriales también han tenido que adaptarse a esta batalla en contra de los impresos. Por una parte está el reto ambiental: a más libros, menos árboles. Suena reduccionista, pero esta premisa desencadena otra cantidad de problemas que se van sumando al cambio climático. Por eso, las editoriales tienen la obligación de implementar estrategias de sustentabilidad para mitigar el impacto ambiental de las impresiones.


Sin embargo, la industria editorial (haciendo caso a sus consumidores) también reconoce que es una cuestión de improntas: Recuerda el olor de tu libro favorito, la textura de sus páginas, su color cambiante con el paso del tiempo (suspiro). ¡Qué podemos decir, realmente los millennials, es decir los adultos de hoy, somos una generación nostálgica!

Estas conexiones emocionales con la materialidad del impreso han posicionado al libro como un símbolo cultural que desde la nostalgia legitima la verdadera literatura, como lo explica José Manuel Suárez Noriega, líder del programa Pasión por la Lectura de la región Ciudad de México, para el portal de medios Conecta Tec, “vemos el libro impreso como la posibilidad de sostener el manuscrito y decir: esto es literatura, mientras que al digital se le asocia con datos”. 


Imprimir y resistir

Sumado a esta oda al libro y la nostalgia, existen formatos que desde lo impreso desafían y resisten ante las narrativas hegemónicas y las que son exclusivamente digitales, porque como explicamos anteriormente, no todo sucede en internet. 


Es por eso que formatos como el fanzine, los panfletos, los afiches, los stickers y los periódicos locales cada vez toman más fuerza en espacios independientes, sin contar la tendencia a la autoedición y a publicar obras literarias con editoriales independientes. 


Y es que ante el exceso de información, las iniciativas independientes deben cambiar sus formas para llegar a sus públicos. De esta manera, nació la Gazeta Nativas: ¿Qué tal si hacemos un impreso de bajo presupuesto, que pueda circular de mano en mano, en el que nuestros estudiantes de HABITAR LA PALABRA puedan hacer su primera publicación…?


Silvia Guerrero, tallerista de Habitar la palabra y creadora de esta idea nos cuenta que este proyecto “es el primer ejercicio de experimentación editorial de Las Nativas Cuentan. Un espacio concreto que conecta a las creaciones de los participantes del taller de escritura creativa, Habitar la palabra, con la posibilidad del texto impreso, tan en desuso hoy en día” 

De esta manera, traemos a la actualidad un formato casi olvidado, como la gazeta, de origen italiano y ancestra del periódico, que compartía literatura, moda y noticias importantes del siglo XVII.  Solo que esta vez apostamos por imprimir a demanda agregando también la circulación libre de este formato por la web.




 

En esta primera edición compartimos las voces de participantes de Chile, Colombia y México, y sus experiencias sobre la vida, el amor, la transformación y la muerte, atravesando el miedo a mostrar sus escritos. Andrés Lamus, fotógrafo santandereano nos comparte en primera voz los relatos que dan vida a sus fotografías, Verónica Gareca se acerca a lo que llevaba toda la vida sin enfrentar: la muerte, Andrea Juárez nos muestra a través de las tamaleras una red de contención y apoyo en las calles mexicanas, Vanessa Villa nos conecta con una historia de amor atravesada por un personaje mítico y, finalmente, Victor Gaytan nos recuerda que las cosas nunca son lo que parecen en su relato Miedo.


Conoce el resultado de la primera edición de La Gazeta Nativas. Te invitamos a compartirla, imprimirla y a seguir contando historias, mientras habitamos la palabra.





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